
En enero de 1995 un total de 34 maestros aceptaron el reto de llevar educación secundaria a rincones donde antes era impensable, iniciando así la modalidad de telesecundarias federalizadas en el estado con un total de 600 estudiantes.
El profesor Ernesto Chávez Montoya, supervisor de la zona 1 de telesecundarias y testigo de esta historia, recuerda con emoción aquellos primeros días.
"Eran 34 maestros para 27 escuelas, la mayoría unitarias, distribuidas en comunidades como Ojo Caliente, Ahumada, Casas Grandes, Janos, Riva Palacio, entre otras. Muchos tardaban hasta días para llegar a sus centros de trabajo, a veces dependiendo de que algún vecino los llevara", dijo.
Comentó que los primeros años fueron de verdadera mística educativa, los maestros llegaban a comunidades donde no existían edificios escolares y debían improvisar aulas en salones ejidales o casas particulares. "La comunidad preguntaba: ¿dónde está tu escuela? y el maestro respondía: donde me digan", relato.
Además, explicó que el material didáctico consistía en dos volúmenes por semestre "Conceptos Básicos" y "Guía de Aprendizaje" que los padres pagaban a tres pesos cada uno. Posteriormente llegaron videocasetes y televisores de 27 pulgadas que se convirtieron en el único recurso tecnológico de estas escuelas.
Actualmente, después de treinta años, el sistema ha dado un salto cualitativo. De aquellas 27 escuelas iniciales pasó a tener 222 en todo el estado, siendo la más reciente en la comunidad de Tehuerichi, la cual brindará preparación académica a 21 estudiantes y 14 centros escolares en proceso de validación para aperturarse.
Los viejos televisores dieron paso a pantallas e internet además de apoyos digitales como: Plataforma Nacional, Edusat - Satelital y la Plataforma de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (PLTIC’s) donde se puede acceder a los libros de texto, así como a materiales educativos digitales.
"Lo más gratificante es ver cómo ex alumnos de telesecundaria ahora son maestros del mismo sistema", comentó.
Chávez Montoya enfatizó que el mayor logro ha sido convencer a las comunidades de la validez de esta modalidad educativa, ya que ahora los padres saben que el certificado de sus hijos tiene el mismo valor que cualquier otra secundaria y les abre las puertas para seguir estudiando.
Al cumplir tres décadas, las telesecundarias chihuahuenses no sólo llevan educación donde no la había, sino que han formado generaciones de profesionistas que hoy enorgullecen a sus comunidades, demostrando que la educación, cuando se hace con pasión y compromiso, puede cambiar el destino de regiones enteras.